lunes, noviembre 28, 2005

Cosas que confunden


El amor es un tema, me imagino que no sólo para mí. Pero a ratos, el tema se transforma en grilletes en mis tobillos, en enredo, en arena movediza bajo mis pies que me traga. Y eso es porque hay cientos de preguntas y complejidades que no puedo resolver. Pura paja, al fin de cuentas: cuando la cabeza no ilumina, mata. Y los mitos culturales, los "deber ser" que tenemos incorporados solo me confunden.

Por ejemplo, el temita este de "el amor de mi vida". Escucho: perdí al amor de mi vida. Y automáticamente pienso ¿Cómo va a ser posible que el amor de tu vida te abandone por otro? ¿elija otra cosa? ¿o que se aburra y se vaya? ¿o se canse y te deje?¿no es un contrasentido? Entonces, buscando respuestas, reviso mi historia: yo he dicho eso dos veces en la vida. ¡Qué absurdo! O sea que perdí al amor de mi vida -que se supone es uno solo- ya dos veces. Pienso: el amor de la vida no existe, pero pronto me sorprendo amargada sintiendo un desaliento enorme al respecto, una desesperanza negra. Leo por ahí: en la vida hay un solo gran amor y quien escribe expone como evidencia a un grupo de octogenarias, que ante la pregunta de ¿cuál fue el amor de su vida?, responden 2: el primero y el hombre con el que me casé, viví, tuve hijos....Me digo: Chucha! y si el mío ya pasó? y luego saco a relucir algunos conocimientos estadísticos que hacen tambalear la evidencia.

El promedio de parejas que tiene la mujer chilena en edad sexualmente activa es menor a dos, por lo tanto, estas señoras de más de ochenta, nombran como los amores de su vida ¡¡¡A LOS ÚNICOS DOS HOMBRES QUE HUBO EN ELLA!!! y, las probabilidades indican, que sólo con el último tuvieron una relación erótica y no platónica. Es decir, el primero: un chiquillo del que se enamoraron en la adolescencia, y el segundo, el hombre con el que -enamoradas o no- construyeron una vida. ¿Qué queda para las mujeres que caemos en la tercera o cuarta desviación estándar sobre la media según la encuesta que cito? Pucha, facilito para aquellas que tienen una vida así (tengo compañeras de universidad que también se casaron con el segundo). ¿¿Pero una que ha entregado el cuerpo y el corazón más de una vez?? Pues, entonces, dudo del concepto.

El concepto "amor de mi vida" es un concepto a-posteriori y no a-priori. Es decir, solo cuando la vida se haya acabado podremos decir: tuve dos, cinco o trece "amores de mi vida". O bien, "el gran amor de mi vida fue fulanito", pero mientras vivimos solo podemos pretender amar, asi de simple. Cada vez aprendiendo algo nuevo, cada vez mejor porque hemos crecido en el intertanto. Entonces, el amor de mi vida, aún espera por mí. No ha llegado.



Yo vivo rápido, rapidísimo, pero siento mías las palabras de Elvira López cuando canta:


no quiero creer que nada perdura
no puedo saber que el tiempo no dura
no quiero la esperanza violenta
prefiero pensar que la vida es lenta

esta es una letra de BOBO, banda de rock pop nacional, tremendamente promisoria....

3 Comments:

At 5:22 p. m., Blogger crisis said...

hola. me tomaré a pecho el comentario y como pensaba ir solo, si quieres ven conmigo a ver un documental francés esta noche en el FIDOCS.

 
At 1:20 a. m., Anonymous Anónimo said...

me gusta lo del amor a posteriori... me hace sentido, me imagino que el amor de la vida aparece solo en el último suspiro de esa vida, antes de eso solo soñamos con ese último suspiro... en todo caso no creo que la estadística pueda contarnos algo del amor... con suerte el amor podrá hacerlo...

 
At 10:34 p. m., Anonymous Anónimo said...

Entiendo tu punto. Me gusta tu reflexión y me hace sentir acompañado en el mundo esto de preguntarse por el “amor de mi vida”. Sin embargo, estoy en desacuerdo contigo.

Me gusta creer que el amor de mi vida es una cuestión provisional, nunca a posteriori. Nada en nuestra vida (de esta tierra) que tenga el apelativo “de mi vida” como una cuestión definitiva puede ser a porteriori. Simplemente por que ese momento posterior no existe, o bueno, no se sabe si existe o que se yo… lo lindo de que exista “el amor de mi vida” es que uno pueda pensar en alguien como el amor de su vida. Si es un concepto a posteriori sólo lo podrían usar los muertitos. Claro…para ellos no está, esta hecho para nosotros los vivos. Para la gente que anda amando por ahí, para los que quieren decir tu eres el “amor de mi vida”.

El amor de mi vida es provisorio. Así puedes usarlo categóricamente, pero también reemplazarlo cuando sabes que ese no era; cuando cachaste que el nivel de amor que creías que era el techo del amor no era el techo del amor; cuando te decepcionaste tanto que ya no crees que el amor exista; cuando te das cuenta que estabas intoxicado y no enamorado; cuando ves lo que en realidad es el amor verdadero; y lo mejor: cuando has tenido un amor de tu vida, y ves que este también se transforma y deja al otro convertido ya no en el amor de tu vida, pero, en un amor que si fue el de tu vida hasta ese momento, lo fue mientras duró.

Me gusta creer eso, porque así no me siento atado a mi decisión de juzgar el amor, pero también, porque creo en el amor y creo que el amor me puede dar más. Me gustan las cosas provisionales porque pese a que pueden en definitiva no ser provicionales, entenderlas de ese modo te permite quererlas como si fueran definitivas sin que te mortifique la idea de pisarte la cola.

 

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